lunes, 27 de febrero de 2017

Miradas



-M. D’artagnan –
 
Había una voz dentro de mi cabeza, un eco a lo lejos que quería traerme de nuevo a la realidad. A una realidad a la que no había abierto los ojos aun pero podía sentir aquel dolor de cabeza, había algo que me estaba bombeando las ideas muy fuertes.

-Por favor M. D’artagnan abra los ojos – aquella voz lejana sonaba suplicante pero estaba acompañada de un fuerte remezón. 

Quería abrir los ojos, realmente quería abrir los ojos, luchaba para articular algún tipo de palabra. Aunque sea un si tímido pero nada, parecía que estaba preso de aquel malestar. Dios como me estaba pesando la cabeza.

Fontainebleau


En aquel lugar alejado de Paris y por sobre todo del parecía ir Perfecto. Mi felicidad no podía ser más grande, tenía mis pequeños momentos para hablar con Ana y saber los pormenores del embarazo. Mi corazón albergaba una felicidad demasiado grande. 

Pero como dije todo parecía ir perfecto hasta que la última noche antes de volvernos a la corte, al Palais Royal, el ayuda de cámara de la reina me había agarrado del cuello cuando me disponía hacerle una visita.

-¿A caso eres idiota o qué? – preguntó él bastante irritando mientras hacía presión su mano contra mi pecho. No era algo que me gustara, la pared era muy dura y me estaba causando dolor – te advertimos que te alejaras de la reina.

-M. La Porte – dije intentando respirar primero y después zafarme de su agarre – si me suelta podemos hablar como dos caballeros que somos.

sábado, 14 de enero de 2017

DL : Hilos



Por mucho que ahora me encontrara en el palacio seguía siéndome difícil el poder verla. El capitán Treville me tenía trabajando de un lado para el otro, al ser su mano derecha me encargaba de muchos temas militares aunque otros tantos me tocaba hacer visitas de cortesía. Según mi superior tenía que aprovechar el carisma que tenía para poder ser su sucesor en algún momento.
Fuera como fuera solo podía ver a Ana de Austria a la distancia. Una sonrisa robada o una mirada. Ni siquiera tenía la suerte de poder hablar con sus damas de compañía. 

Aquella mañana estaba en el jardín del palacio observando a la distancia al sequito real. Era temprano pero no tanto, la hora del desayuno ya había pasado por lo que pronto vendrían hacia la iglesia para la misa matutina.

Cuando el rey no acompañaba la reina, Treville me delegaba la vigilancia a mí y si no fuera porque la tenía que cuidar a ella, no me hacía demasiad gracia tener que levantarme temprano para asistir a misa.

-M. D'artagnan.

jueves, 19 de mayo de 2016

Cambios

Luego de la noticia y encubierto por una nueva mision estuve ausente de la casa real por unos cinco largos meses, no por ello habia estado ageno a lo que pasaba allí.

Luis XIII cuidaba de la reina más de lo que la había cuidado en los últimos años, sentía celos. Bendito aquel sentimiento que habia mantenido bien alejado de mi ser por toda mi vida. Pero ahora, ahora que habia descubierto que mi corazón latia por alguien , era muy dificil no sentir aquel sentimiento de molestia cada vez que me llegaban noticias de la reina y de cuanto hombre estaba cerca de ella. Era verdad que él era el rey , que él por derecho divno, de cuna y porque Dios lo habia aceptado ante sus ojos, Ana de Austria era su esposa y por ende, ahora mi hijo era el suyo.

Cada vez que pensaba en ello daba un suspiro largo, prolongado y bebia a mi suerte. Cualquiera otro se hubiese hundido en una profuda depresión pero en cambio yo, yo luchaba para destacarme. Tenía un plan en la cabeza, intentaba no quejarme mucho de aquella suerte, porque la verdad era que Ana de Austria habia fijado sus ojos en mi y estaba seguro que su corazón era mio.  Esa era mi suerte. Tan bendita y maldita a la vez. Pero volviendo a lo que mi mente pensaba cuando mi corazón no sentia era que de poco , de a poco y quiero recalar aquello, me iba haciendo nuevamente con el nombre de "el gran D'artagnan".  Guerra a la que iba , guerra con la que me hacia, quizas no la ganaba pero iba batiendo con cada lucha un nuevo record personal y para mis compañeros.

martes, 3 de mayo de 2016

Una semana despues

Una semana despues
Desde aquella noche había evitado cualquier contacto con ella. Si la veía de nuevo iba a querer tenerla en mis brazos, no iba a poder controlarme nuevamente. Había cruzado aquella linea  de la cúal no iba a poder volver. El remedio había sido peor que la enfermedad.

Apoye mi barbilla sobre la palma de mi mano y respire profudamente luchando contra mis pensamientos. Y es que cerraba los ojos y podia sentir el calor de su cuerpo debajo del mio. Su aroma flotando en el aire y su voz haciendo eco en mis oidos.

- Es una lastima que te cambien justo ahora que las cosas parecen ser que estarán más tranquilas.

Al escuchar la voz de Andre salí totalmente de la nube de pensamientos en la que me encontraba. Mi ceja bajo y lo miré con bastante seriedad ¿A que se referia que las cosas iban a estar más tranquilas?
Intentando ocultar mi inquietud por saber las nuevas, me lleve la taza con el chocolate caliente a mis labios. Bebí un poco de aquel liquido y como si nada me importara demasiado lo volví a mirar.

lunes, 11 de abril de 2016

Lluvia

Habia pasado una tan mala noche que casi no había dormido. El estomago se me estrujaba, la cabeza aun me daba vuelta y el recuerdo de lo que casi habia hecho me atormentaba.

La gran pregunta era ¿Por qué? Yo no era nada de ella, pero el hecho de poder engañarla le había dado un vuelco a mi corazón que el vertigo que me había dado era más grande que el del alcohol.

- Tengo que sacarte de mi cabeza aunque sea lo último que haga - mumure acomodandome la camisa.
El sol habia salido hacia un momento y estaba seguro que pronto llamarían a desayunar aunque la verdad era que prefería no cruzarme con Josephine, ella no tenía la culpa de que mi cabeza estaba perdiendo la razón y que mi cuerpo reacionará solo porque si.

Me acomode la camisa con cuidado y tome mis cosas, no iba a esperar a que me llamaran. Realmente lo mejor sería es que me fuera de ahí asi evitaba cruzarme con todos. Aunque necesitara de las palabras de Athos, lo mejor era dejarlo para mas adelante. Él iba a poder sacarme de este lio en el que estaba.

lunes, 14 de marzo de 2016

Noche vieja, deseos nuevos.

Último día del año , en el que lo más optimistas piensan que las malas vibras se irán para dar paso a las buenas vibras. La realidad es que yo no creía demasiado en eso, realmente yo no creía en nada, seguramente por eso  Bazin, el lacayo de Aramis me decía que yo era la encarnación del mismo demonio. Tal vez eso si lo creía.

Seas como sea me encontraba en las tierras del gran señor de Du-Vallon, no le iba a fallar a mis amigos, había dado mi palabra de que me encontraría para estas fiestas aqui para pasarla con ellos tal como lo haciamos en los viejos tiempos.

- Señor ¿Dónde ponemos esto? - la voz de una jovencita llamó mi atención.