miércoles, 19 de agosto de 2015

Gracia



El gascón abrió los ojos con bastante dificultad, se sentía cansado, el cuerpo le dolía y sentía que había dormido por días. 

La habitación se le movía con mucha lentitud por lo que decidió cerrar los ojos y una vez para abrirlos unos segundos después, giró la cabeza y vio que el conde de La Fere se encontraba en la cama de al lado. El mosquetero se sintió más tranquilo, podía respirar más relajado al ver a su mejor amigo allí con él.

- El diablo siempre viene por ti y no logra más que hacerte un rasguño - dijo D'artagnan sonriéndose de costado con la fuerza que tenía

- Será que no es mi hora - Athos se acomodó en el borde la cama - en cambio a ti siempre te da en el hombro.