D'artagnan abrió los ojos producto de un trueno que lo había
despertado, ya no era de noche sino de día, aunque un día muy gris
seguramente Aramis no iba a estar feliz por el clima.
El mosquetero se tomó su tiempo para despertarse o aquello intentaba
cuando otro trueno lo interrumpió haciendo que se sobre saltara, no solo
a él sino que Ana de Austria quien aún dormida se aferró a la camisa de
su amante con un poco de fuerza.
- ...- el gascón la admiro mientras pasaba su mano por aquellos cabellos oscuros.